ABUSO EN RESIDENCIAS DE ANCIANOS

Cuando decide ingresar a un familiar anciano en una residencia de ancianos o centro de cuidados asistidos, lo hace tras una cuidadosa reflexión sobre lo que es mejor para su ser querido. Basándose en la publicidad del centro y en las declaraciones del personal durante la visita, decide que este es el lugar donde su familiar estará seguro, cómodo y feliz. Desafortunadamente, tiene una probabilidad de uno entre tres de estar equivocado. Según un informe reciente del Congreso de los Estados Unidos, 1600 residencias de ancianos —una cifra que representa un tercio del total de centros en el país— han sido señaladas por diversos tipos de abuso, incluyendo lesiones físicas y abuso sexual, así como homicidio culposo. Esta cifra se suma a la negligencia generalizada que ocurre en las residencias de ancianos. La Asociación Estadounidense para la Justicia (AAJ) informa que un alarmante 90 % de las residencias de ancianos en todo el país tienen falta de personal.

Quizás la estadística más importante sobre el maltrato en residencias de ancianos es que, según la AAJ, solo 1 de cada 14 casos se denuncia. Las razones son fáciles de comprender: las víctimas de maltrato en residencias de ancianos suelen ser intimidadas para que guarden silencio y a menudo se sienten indefensas y atrapadas en un entorno hostil. Si ha notado alguna señal de que su ser querido pueda estar siendo maltratado o descuidado por el personal de la residencia, es su deber investigar la situación para asegurarse de que todo esté bien. Ojalá se equivoque, pero si tiene razón, esta es su oportunidad para salvar a su familiar de una situación peligrosa y degradante, y para exigir responsabilidades a la residencia por sus actos.